El municipio de Guantánamo, primero en Cuba en ejecutar un proyecto de caracterización de fenómenos naturales y su estrategia de prevención contra estos, aprovecha la experiencia en el combate a la COVID-9, aseguró hoy Jesús Martín Pérez, delegado del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).
“La iniciativa data de 2005 y es instrumento para prevenir amenazas geodinámicas e hidrometeorológicas, entre ellas terremotos y tormentas locales severas”, declaró en exclusiva a la ACN el también Master en Ciencias y ex director del Centro para el Desarrollo de la Montaña (CDM), institución fundada por el General de Ejército Raúl Castro para el progreso económico y social de los pobladores del macizo Nipe-Sagua-Baracoa.
El entrevistado evocó intervinieron en aquel propósito el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), de Santiago de Cuba, las delegaciones del CITMA , órganos de la Defensa Civil y los centros meteorológicos de esa provincia y la de Guantánamo, estación de suelos, adscrita a la agricultura, y actualmente transformada en unidad científica de base.
Esta última, enclavada en el Consejo Popular San Justo, forma parte del Anillo Verde que circunda la Villa del Guaso y fue la rectora del paquete de proyectos tecnológicos que en 1999 convirtió a Cuba en el primer país latinoamericano en obtener el Premio Salvando las Tierras Secas, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Además de determinarse los riesgos de lluvias ácidas, roturas de presas, escapes tóxicos y degradación de suelos en el municipio cabecera de la provincia, hace 15 años los investigadores precisaron los posibles aspectos vulnerables de sus tres hospitales : el general docente Agostinho Neto, el pediátrico Pedro A. Pérez y el psiquiátrico Luís Ramírez López. Luis
El proyecto ejecutó similar pesquisa en instalaciones educacionales: el Instituto Superior Pedagógico Raúl Gómez García (hoy Universidad de Guantánamo), el “pre” vocacional José Maceo, y la Escuela de Arte Regino Eladio Boti y los bloques de la actual Universidad de Ciencias Médicas, a los cuales se sumaron otras edificaciones susceptibles de apoyar al Consejo de Defensa y a la población en situaciones de emergencia.
Que la decisión fue acertada lo demuestra la contribución de varios de esos centros, junto a la actual Escuela de Danza Alfredo Velázquez, y la de Música, y la de enseñanza especial 14 de junio, en el alojamiento de las personas que podían constituir fuente de contagio del coronavirus. .
Expertos consideran a aquel proyecto permitió extender los estudios de peligros, vulnerabilidad y riesgo de desastres al resto del territorio guantanamero, necesidad obligada por su compleja geología, modelada por factores endógenos, en gran medida asociados a la cercanía a las principales zonas sismogeneradoras de la ínsula caribeña.
Por: Pablo Soroa Fernández
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