Carlos Lazo llegó con sus Puentes de Amor a Guantánamo con una tonelada de leche en polvo, los medicamentos, algunos insumos para las más de 200 camas del Hospital Pediátrico Pedro Agustín Pérez.
Dice el profesor que hubiera preferido que no fuera necesario venir con un donativo así, que lo ideal es que el país pueda buscar y comprar por sí mismo los medicamentos, la leche, lo esencial…, sin el criminal lastre del bloqueo.
Y nos pide hablar de Code Pink, en la persona de Medea Benjamin, porque también se ha unido a la iniciativa en favor del pueblo cubano, en contra de la indecencia. “Los norteamericanos tienen que saber que Guantánamo es también este hospital, son los médicos que salvan niños, la gente generosa, luchadora, buena”, nos dice ella.
Precisa que la lucha ahora es por sacar a la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Alguien dice leche sí, bloqueo no, y el coro se enciende. Son una docena de personas entre norteamericanos y cubano norteamericanos que se mezclan, preguntan, se interesan.
Después del Hospital, los solidarios llegan a El Porvenir, el Hogar para niños sin amparo familiar del reparto Rubén López Sabariego, “y la verdad es justo que le hayan cambiado el nombre de amparo filial por familiar, porque a estos niños le podrán faltar muchas cosas, pero el amor aquí se sobra”.
Chacho, el único niño que vive allí en estos momentos, se ríe y en cuanto puede se escabulle para volver a sumergirse en un celular, en la música. Los visitantes van al detalle, a los cuartos, a la sala de computación, al huerto que espera una lluvia que caerá algunas horas más tarde.
El profesor Carlos Lazo presentó otra donación, una máquina de producir pan. La próxima parada es el Museo Provincial, en especial la sala dedicada a la Base que ocupan los Estados Unidos a la entrada de la Bahía…, hay planes de más donativos, más equipos, más amor.
Tomado de Venceremos
Texto: Lilibeth Alfonso Martínez
Fotos: Leonel Escalona Furones
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