Por: Pablo Soroa Fernández
Los programas de colaboración entre Cuba y la Federación Rusa avanzan decididamente y según lo acordado entre ambos países, aseguró en el extremo oriental Consejo Popular de Punta de Maisí, Andrey Guskov, embajador de la nación euroasiática en Cuba.
Las declaraciones las formuló el diplomático tras inaugurar una importante inversión promovida por Rusia y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF): la planta desalinizadora que beneficia a la mencionada comunidad costera de mil 800 habitantes, donde el estrés hídrico es secular y el huracán Matthew, en octubre de 2016, dañó con creces su infraestructura y fuentes de abasto.
Guskov añadió, en ameno diálogo con la prensa guantanamera, que esa gran obra hidráulica es uno de los numerosos ejemplos de la participación activa de la Federación Rusa en el desarrollo económico y social de Cuba, un gesto amistoso y de confraternidad, al que se suma la colaboración en el sistema ferroviario y en la reparación de plantas metalúrgicas.
También citó la cooperación rusa en el área energética, una de las más valiosas, por cuanto Estados Unidos agota los medios para entorpecer la llegada de un portador energético tan importante como el petróleo, sumando así una infamia más a su criminal bloqueo económico, comercial y financiero que dura casi seis décadas y vanamente intenta rendir por hambre a los cubanos.
El responsable de la legación diplomática rusa en La Habana, junto a Dagoberto Rivera Rivera, coordinador del Programa de UNICEF en Cuba, simbólicamente bebieron sendos vasos del agua desalada en la planta, la cual procesa 12 metros cúbicos en una hora, volumen que garantiza 130 litros diarios del líquido, apto para el consumo humano, a cada habitante de Punta de Maisí.
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