En 1936 llega a la ciudad de Guantánamo el intelectual revolucionario Nicolás Guillén, quien el día 22, ante una concurrencia numerosa y selecta, disertó en el teatro Fausto, con el tema “Cuba, pueblo y poesía”. Cerca de dos horas mantuvo a los asistentes motivados, y en su discurso hizo un llamado al pueblo de Cuba, principalmente a la raza negra discriminada y desplazada en todos los aspectos: “No se pude hacer arte sin contar con lo negro; no se puede exportar una poesía cubana, sin lo negro; pero sin lo negro grotesco, sino en lo elemental y humano que como cubano les asisten los mismos derechos”, manifestó. Los guantanameros presentes en el teatro sintieron que la lírica vernácula había sido salvada por Nicolás Guillén, célebre por su creación poética y sus aportes a la cultura nacional.