EN EL "AHORRO" NO SE ESCATIMAN LA DISCIPLINA NI LA PREVENCIÓN
AUNQUE SU NOMBRE SUGIERA AUSTERIDAD en la panadería EL AHORRO (Cuartel entre Aguilera y Prado), NO SE ESCATIMAN LA EXIGENCIA POR LA DISCIPLINA Y LA PERCEPCIÓN DE RIESGO.
El acceso de personas ajenas a esa unidad de la Empresa Alimentaria siempre ha sido controlado, aunque justo es decirlo, no tanto como ahora en que todas las precauciones son obligadas para evitar el contagio y el riesgo en la obligación diaria del despacho de ese vital producto, a causa del coronavirus trasmisor de la enfermedad COVID-19.
Las colas no han desaparecido, pero sí disminuido; se guarda la distancia entre personas y aunque un metro y medio no es óbice entre cubanos para establecer un diálogo, ahora son menos prolongados e incluso en algunos lugares brillan por su ausencia.
Tal vez esa mejoría sea debido al nasobuco y a la situación en que nos encontramos, más propensa para reflexionar y protegerse que para la conversación, pero lo importante es que un paso hacia adelante en la lucha por no contagiarnos, ni contagiar a nadie, salvo que ese contagio sea el de lograr una mejor relación entre vecinos, y un criterio más favorable de los que hacen uso de esa muy transitada que atraviesa partes céntricas, septentrionales y meridionales de la Villa del Guaso, y casi linda con la occidental, si se cruza la Avenida Ahogados.
Rafael Padilla, secretario del núcleo zonal del Partido, en quien forjaron un espíritu de intransigencia con lo mal hecho su experiencia como dirigente sindical y funcionario de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Guantánamo, “donde aprendí que el contacto con el pueblo es la oportunidad más grande del ser humano para enseñar y también para aprender”.
Junto al dirigente político de base, ha intervenido de manera activa y protagónica el casi septuagenario Casimiro Caballero López, Presidente del Consejo Popular (CP) Centro Oeste, uno de los 10 y más poblado en que se estructura el municipio cabecera y a cuya jurisdicción pertenecen el Abra y la carnicería el Mercurio.
En esta últimas el pasado martes, Francisca, la administradora impartió, a la tarde, una clase magistral de cómo distribuir sin agolpamiento, sin litigios o quejas ,y con todo el orden y organización posible en un arribo de esa índole, el contenido de decenas de recipientes con huevos para la canasta familiar,.
Dicho proceder exclamó elogios de la vecindad y contó con el apoyo persuasivo para entronizar la quietud y el orden, aportado la federada Elda, trabajadora del Comité Provincial del Partido; Mercedes, la presidenta del CDR, el núcleo del Partido y otros miembros de la comunidad que coadyuvaron a que no hubiera broche para acaparamiento y la indisciplina.
Resulta plausible aclarar que en las dos unidades en que se centra este reportaje están censados, además de los núcleos dentro del perímetro, los que por la distancia a que viven debían comprar en otras, que ya por encontrarse fuera de servicio u otras causas “hacinan” al Ahorro y al Mercurio, la longitud de cuyas colas en horarios y ventas-pico sobrepasa el de otros establecimientos, de lo cual cosntituyen pruebas- y visibles- las filas de clientes cuya longitud supera la de la media de la mayor parte de sus similares del resto del municipio.
Por: Pablo Soroa Fernández
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